Sorprendentemente, este inicio del siglo XXI ha traído consigo una época de un intenso pesimismo. De alguna manera, aunque no es causa única, la crisis económica y política ha venido acompañada, a mi juicio, de una especie de infección, de pesimismo; un pesimismo que, de alguna manera, trae también asociado o está fundado en una especie de nuevo fatalismo en el sentido de que muchas de las cosas que estamos viendo, muchos de los cambios y de las tendencias a las que estamos asistiendo, fatalmente da la impresión de que van a llevar a una sociedad más injusta, a una sociedad más desigual, a un mundo más convulso.
[Si voleu llegir íntegrament la conferència, descarregueu-vos l’arxiu PDF]